El término seguro de crédito a veces se empareja con el de caución, haciendo que muchas personas crean que son lo mismo, cuando no es así. El seguro de crédito es diferente al seguro de caución, y conviene aclarar los conceptos para que no haya confusiones a la hora de su contratación.
¿De qué hablamos cuándo nos referimos al seguro de crédito?
El principal fin de los seguros de crédito es proteger al asegurado del riesgo de impago de sus clientes en operaciones comerciales. Garantizando al asegurado recibir el dinero adeudado, aunque el cliente no cumpla con sus obligaciones.
¿Y qué es un seguro de caución?
Este producto garantiza el cumplimiento de obligaciones contractuales por parte del asegurado hacia un tercero, que es el beneficiario. En este caso, si el asegurado no cumple, la aseguradora es la que indemniza al beneficiario, y después reclamará al asegurado el importe pendiente.
De este modo, vemos que el seguro de crédito y el de caución son conceptos inversos, protegiendo las operaciones comerciales en ambos sentidos. El beneficiario en el caso del seguro de crédito es el asegurado que contrata la póliza, pero en el de caución es un tercero que acepta el seguro como garantía de un acuerdo contractual con el asegurado.
¿Qué tener en cuenta para contratar un seguro de crédito y uno de caución?
Teniendo claras las diferencias entre uno y otro, ahora hay que ver qué es lo que hay que tener en cuenta a la hora de contratarlos.
En primer lugar, aunque ambos son óptimos para gestionar riesgos financieros, a la hora de optar por uno de ellos hay que tener en cuenta el sector empresarial en el que se opera y las necesidades específicas de la empresa.
En el caso del seguro de crédito, lo principal es protegerse de un posible impago de un cliente. Para ello, hay que analizarle, conocer su historial crediticio. Además, es recomendable revisar bien el contrato del servicio, ya que se debe saber si ofrece cobertura en todos los mercados en los que se opera (nacional e internacional) y de qué riesgos protege, pues hay diferentes tipos de impago (insolvencia, mora prolongada o riesgos geopolíticos).
Por otro lado, también hay que fijarse en los costes y las primas, y también comprobar si existe un límite de crédito cubierto.
En Coface, asesoramos a nuestros clientes durante todo el proceso de contratación de servicios y elaboración del contrato para que no haya ninguna duda. Una vez empezamos a trabajar con ellos, hacemos seguimiento proactivo de cualquier necesidad que puedan tener, y les ofrecemos recomendaciones para la negociación de las condiciones de pago con sus propios clientes. También damos la posibilidad de acceder a nuestros productos de información comercial y evaluación de la situación financiera de los clientes, así como a nuestros servicios de recobro.
Hay que fijarse en la duración del contrato asegurador, el coste y los plazos, para que sean compatibles con los de la empresa.
Ejemplos de seguros de crédito
Un ejemplo de seguro de crédito es una empresa de exportación de maquinaria industrial que fabrica en España y cuyos clientes proceden de países europeos y latinoamericanos. En su caso, existen riesgos de que algunos de sus clientes no paguen sus facturas por problemas financieros o deudas acumuladas. Por ello, contrata un seguro de crédito para proteger sus ingresos sin comprometer el flujo de caja frente a esos riesgos de impago antes de cerrar sus operaciones comerciales.
Un ejemplo de seguro de caución sería una constructora que contrata este producto como aval ante su cliente para la edificación de un proyecto. Si el asegurado -la constructora- no cumple ni en tiempo ni en forma el contrato con su cliente, la aseguradora indemniza al cliente con la cantidad acordada en la póliza del seguro de caución, y después le reclama a la constructora el importe pagado.