Incertidumbre en Europa, desaceleración ‘suave’ en Estados Unidos y complicaciones en China: el mapa económico para 2025, entre desafíos y oportunidades. Sobre todos estos aspectos trató el webinar ‘Turbulencias y resiliencia en el mercado internacional’ organizado por Coface, en el que participaron Bruno de Moura, jefe de Macroeconomía de Coface, y la doctora Ruth Ferrero, profesora de Ciencias Políticas en la Universidad Complutense de Madrid.
La economía mundial se encuentra en un momento de incertidumbre y volatilidad que está afectando, en mayor o menor medida, a todas las regiones, y las previsiones para 2025 apuntan a que los desafíos seguirán sobre la mesa, con el resultado de las elecciones estadounidenses como uno de los principales catalizadores, tanto económicos como geopolíticos. Y es que Donald Trump o Kamala Harris son dos formas de hacer política muy distintas, cuyas medidas tendrán un gran impacto internacional, sobre todo en lo referente a la economía.
Estabilización de precios de las materias primas y moderación de las políticas monetarias
Durante el encuentro, se incidió en varias ocasiones en que nos encontramos en un momento clave para el devenir de la economía mundial y del orden geopolítico. Como señaló Bruno de Moura, el escenario actual presenta numerosos desafíos, “aunque también hay buenas noticias”. La principal, la moderación de precios de las materias primas, algo que en los años anteriores fue una de las principales causas de la inflación acuciante que se vivió en todo el mundo.
“La situación actual está siendo bastante desfavorable para los productores y para los precios. ¿Por qué? Porque hay poca demanda y porque Estados Unidos y China están desacelerando”, indicó el jefe de Macroeconomía de Coface. “Lo vemos también en Europa, ya que la industria y la construcción tampoco están repuntando, además estamos viendo un exceso de producción en un momento de poca demanda”, explicó.
Así, se observa un equilibrio en el mercado de petróleo que hace prever que el próximo año el precio del barril rondará los 70/75 dólares, “a niveles de 2015-2016”. El único riesgo que habría en este sentido es una escalada de las tensiones entre Israel e Irán, que podría llevar a un bloqueo en el estrecho de Ormuz, “por donde pasa el 30% del comercio mundial de petróleo”.
Esta bajada de los precios de las materias primas ha aflojado la presión inflacionista en los países, lo que ha potenciado, a su vez, que los bancos centrales relajen los tipos de interés. Por este motivo, nos encontramos en un escenario de política monetaria menos restrictiva, “que no debería cambiar, a no ser que se bloqueé el estrecho de Ormuz”, recalcó Bruno de Moura.
Así, el jefe de Macroeconomía de Coface prevé que los tipos de interés bajen al 2,5% en la zona euro y alrededor del 3% en Estados Unidos a finales de 2025. Si bien hay diferencias entre una región y otra. La desinflación en Estados Unidos está ligada a la situación empresarial y, concretamente, al coste laboral, que está reduciéndose, “lo que hace que las empresas no tengan que reducir sus márgenes porque simplemente los costes no suben”. Pero, en la zona euro, es al contrario, “estamos viendo que los costes laborales unitarios están subiendo alrededor del 5% y, claro, con los precios bajando, el margen bruto de las compañías está cayendo”. Esto supone que las empresas en Europa “estén un poco más frágiles”, indicó de Moura.
Así, tenemos una Europa “donde las cosas no van bien. Sobre todo, porque Alemania no está bien. Hace ya un par de años que este país está sufriendo mucho por dos razones: los costes de la energía y su estrategia de depender en exceso del mercado chino”. De este modo, en la región, el único país que está destacando entre los cuatro más grandes es España, que está creciendo más que el resto “y no solamente por el turismo, sino porque está siendo más resiliente en términos de industria”. La única esperanza para la zona euro es el consumo, ahora que los ciudadanos tienen salarios ‘más elevados’ por la bajada de la inflación. Sin embargo, ahora mismo, los europeos se están centrando en ahorrar, “más incluso que antes del COVID”.
En este sentido, lo que tendremos en 2025 en Europa, en palabras de Bruno de Moura, “es un policiy mix entre política monetaria y fiscal que no va a ser favorable. La política monetaria sí va a ayudar, pero la fiscal no. Sobre todo, en algunos países que van a ser muy restrictivos con los impuestos, como Francia e Italia, con déficits muy elevados”.
En cuanto a China, “la situación es de desaceleración, muy complicada. Primero, porque la crisis inmobiliaria no ha acabado y, segundo, porque al caer los precios de las viviendas, el ahorro de los ciudadanos también ha bajado por la disminución del valor del patrimonio inmobiliario”, ha afirmado. Es decir, hay una baja demanda interna que pone en jaque la producción y que es difícil que la economía pueda remontar.
Por último, el jefe de Macroeconomía de Coface se refirió a las insolvencias empresariales, las cuales están subiendo en Europa y seguirán produciéndose en 2025, “aunque no veremos una ola masiva”.
Geopolítica: pérdida de protagonismo de Europa y reto de volver a ganar peso internacional
En el ámbito geopolítico, la doctora Ruth Ferrero volvió a tocar el tema del estrecho de Ormuz y su posible cierre si se recrudece el conflicto entre Israel e Irak, “lo que dejaría desabastecidos a buena parte de los mercados del mundo”. En esto puede ser decisivo el resultado de las elecciones estadounidenses.
Por otra parte, la politóloga señaló que en la formación de bloques internacionales que se está generando, “la Unión Europea está quedando relegada a un papel muy secundario, aunque en los últimos meses se ha querido revitalizar con propuestas que le permitan avanzar. Es el caso de los informes Letta y Draghi”.
Estos documentos inciden en la necesidad de que la economía europea emprenda una reindustrialización que le ayude a ganar mayor competitividad en el tablero internacional. “Lo que se pide es que Europa se adapte a los nuevos sistemas tecnológicos, energéticos y geopolíticos, para los que ahora no está preparada”.
Por último, sobre España, destacó que ahora mismo “es el sexto destino mundial de la inversión extranjera y el tercero de Europa, ya que está dotada de cierta seguridad jurídica y atrae capital en sectores muy interesantes, con excepción de las renovables, donde ha dado un frenazo”. Así, recalcó que hace unos días el Financial Times habló de España como la economía avanzada que va a tener mayor crecimiento mundial a lo largo de este año, superando a Estados Unidos.
Elecciones en EEUU: poco impacto en geopolítica; mayor impacto en economía
Sobre las elecciones presidenciales en Estados Unidos, ambos expertos hicieron su propio análisis. En el plano geopolítico, la doctora Ferrero destacó que, en términos de política exterior, las repercusiones serán pocas. “La cuestión más importante es la desconexión con Europa, que ambos candidatos llevarán a cabo, aunque diferirán en los tiempos; Trump irá más rápido y Harris, más despacio”, explicó.
“Creo que el principal cambio que habrá si gana uno u otro será en la política interior. La cuestión será cuánto daño haría a la democracia norteamericana y al Estado de Derecho una victoria de Donald Trump”, resaltó.
Por su parte, Bruno de Moura indicó que, en el terreno económico, aunque Estados Unidos tiene un déficit del 7% del PIB, ambos candidatos van a ignorarlo y a gastar más, “aunque más en el caso de Trump”. “Veremos proteccionismo por ambos lados. En el caso de Harris, con subvenciones y subsidios, como hizo Biden, y Trump, con tarifas de comercio exterior hacia países como China”, comentó.
En cuanto a la inflación, avisó de que una victoria del candidato republicano “puede conllevar mayor riesgo de inflación y que la Fed sea más prudente y no baje tanto los tipos, lo que tendría un impacto sobre el resto del mundo”, concluyó.