Aranceles recíprocos: se declara la guerra comercial

El 2 de abril, Día de la Liberación, el presidente Donald Trump anunció un drástico aumento de los derechos de aduanas para todos los socios comerciales: al menos un 10% para todos y mucho más para algunos. Que estas medidas sigan en vigor o no sigue siendo una incógnita, pero ya suponen una sacudida sin precedentes para el sistema comercial mundial de posguerra.

Un giro histórico hacia el proteccionismo

La imposición de los llamados aranceles "recíprocos" de al menos el 10%, que entraron en vigor el sábado 5 de abril, marcando una escalada en la política comercial estadounidense, superando incluso los peores escenarios previstos y las promesas hechas en campaña. Muchos otros socios comerciales, como China (34%), la Unión Europea (20%) y Japón (24%), se enfrentarán a aranceles aún más elevados a partir del 9 de abril.

México y Canadá son de los pocos países que escapan a estos impuestos "recíprocos" a la importación, conservando un acceso libre de aranceles al mercado estadounidense para los bienes que cumplan el acuerdo USMCA  . La energía y los minerales no disponibles en el país, así como los sectores que ya están sujetos a derechos de aduana específicos (acero, aluminio, automoción) o que lo estarán en las próximas semanas, también estarán exentos.

Ruptura del comercio mundial

Según las estimaciones de los economistas de Coface, este aumento elevaría el tipo medio efectivo de los aranceles estadounidenses al 26,2% (desde el 2,3% de 2024), su nivel más alto en más de un siglo. Es también el cambio más brusco desde la Ley Smoot-Hawley de 1930 .[1]

Estos anuncios suponen una ruptura con las normas comerciales multilaterales (incluidas las de la OMC) y amenazan con desencadenar una espiral de medidas proteccionistas. Además, debilitan las cadenas de suministro y generan incertidumbre de las empresas en un momento en que el riesgo de fragmentación geoeconómica ya era elevado.

El impacto varía de una región a otra

Las economías asiáticas (Vietnam, Camboya, Taiwán, Malasia y Tailandia), todas ellas muy dependientes del comercio estadounidense serán las más afectadas, con sus exportaciones fuertemente gravadas. Algunas economías africanas (Lesoto, Madagascar) y centroamericanas (Nicaragua, Honduras) también sentirán un impacto significativo, aunque serán ligeramente menos dependientes.

Entre las principales economías, es probable que Corea del Sur, Japón, China e India se vean muy afectadas. Todos los Estados miembros de la UE se enfrentarán a aranceles del 20%, con especial riesgo para Alemania e Italia.

Perspectivas de escalada comercial

Será difícil encontrar un resultado favorable a corto plazo. Con la UE y China, entre otros, indicando ya su disposición a tomar represalias gravando los productos importados de EE. UU., la escalada de las tensiones comerciales parece probable, si no inevitable. En respuesta, la UE podría incluso utilizar su nuevo "Instrumento contra la coerción" por primera vez desde su adopción a finales de 2023.

A medio plazo, la reconfiguración de los flujos comerciales afectará a todas las economías: los exportadores asiáticos, por ejemplo, se verán obligados a buscar nuevas oportunidades, lo que posiblemente intensificará la competencia en otros mercados, especialmente en Europa.

Una economía estadounidense debilitada

Estos aranceles afectarán a una economía estadounidense que ya mostraba signos de debilitamiento, con el consumo de los hogares a media asta a principios de 2025 (sólo subió un 0,1% en febrero, tras una contracción en enero). El aumento de los costes como consecuencia de la subida de los tipos de importación también podría frenar considerablemente las decisiones de inversión de las empresas y de compra de los consumidores. El impacto sobre la inflación, que se prevé se sitúe en una media del 2,8% en 2025, será objeto de una atenta vigilancia. Algunas estimaciones realizadas durante la campaña del año pasado indicaban que tales incrementos arancelarios podrían añadir hasta 2 puntos porcentuales a la inflación. El mayor riesgo de inflación en un momento de posible recesión complicará la tarea de la Reserva Federal, que tendrá que proceder aún con más cautela con sus recortes de tipos previstos.

Objetivos con resultados inciertos

Aunque los objetivos de la administración Trump -reequilibrar el comercio, deslocalizar la producción, generar ingresos fiscales y crear capacidad de negociación- son políticamente atractivos, no es seguro que los aranceles puedan ayudar a  alcanzar estos objetivos de forma eficaz. Los déficits comerciales dependen principalmente de factores macroeconómicos, no de los impuestos a la importación. Además, los derechos de aduana no eliminan otras barreras estructurales, como los costes laborales y las cualificaciones, que son necesarias para la deslocalización. En 2024, los derechos de aduana generaron unos 88.000 millones de dólares, es decir, apenas el 1,5% de los ingresos federales totales. Por último, el enfoque arancelario amplio corre el riesgo de animar a los socios comerciales a coordinar sus respuestas, como han hecho recientemente Japón, Corea del Sur y China, lo que podría debilitar la posición negociadora de Estados Unidos.

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1 USMCA = Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá

2 Ley promulgada el 17 de junio de 1930 por el Presidente Herbert-Hoover para gravar con impuestos medios de casi el 40% unos 20.000 tipos de mercancías importadas.